Voz 1: (Masculina, en off). Por última vez te lo
digo, Nacho: ¡tienes que cambiar!
Voz 2: (Femenina, en off). ¿Qué he hecho yo para
merecer un hijo como tú?… ¡Qué cruz!… Pero, ¿es que no te miras en el espejo?
Nacho: (Tomando un espejo y mirándose), La lavadora no se atranca, el que tiene una “tranca” soy yo. (Saca la lengua y se la mira en el espejo. Hace morisquetas. Se desordena el pelo, gesticula). ¿Por qué justo a mí me tocó ser yo? Todos me dicen: Tienes que cambiar. ¿Por qué? Así estoy bien. ¿O no?… No sé. (Levantando la voz). Sí, estoy bien! (Dudando). O quizás no. Tienes que cambiar, tienes que cambiar… Tengo la oreja como una empanada de oír siempre lo mismo. ¿Cambiar qué? No puedo cambiar la nariz ni el color del pelo ni mi esqueleto. Y entonces, ¿qué puedo cambiar? La manera de ser. ¿Y cómo es mi manera de ser?… No tengo idea. Soy como soy. Y no estoy tan mal. La Loreto dice que tengo una voz bonita cuando hablo por teléfono. Y la Beatriz dice que bailo bien. ¿Por qué tengo que cambiar? Bueno, me gustaría no tener caspa ni espinillas, pero no sé si se refieren a eso cuando me dicen…
Voz 1: (Femenina, en off). ¡Nacho, tienes que
cambiar!
Voz 2: (Masculina, en off). ¡Nacho, tienes que
cambiar!
Nacho: ¿Por qué justo a mí
me tocó ser yo?… Parece que yo tendría que ser como ese, como aquel o como usted, sí, señor… pero, jamás como soy yo, o como yo creo que soy yo… ¡Qué enredo! Me gusta ser como soy, pero lo que me gusta a mí no e gusta a los demás. ¿Por qué justo a mí me tocó ser yo?
Mamá: (Voz en off) ¡Nacho!
Nacho: Sí, mamá
Mamá: Tienes hora con el sicólogo.
Nacho: ¿Por qué no vas tú, mamá?
Mamá: Yo no soy la que tiene que cambiar.
Nacho: (Para sí) ¿Y qué es lo que tengo que cambiar? Me cambiaré de zapatillas. (Nacho se saca las zapatillas y no encuentra las otras. Está con las viejas en la mano cuando se escucha la voz de la enfermera)
Enfermera: (Voz en off) Que pase el siguiente.
(Nacho cambia de zona iluminada. Va con las zapatillas en la mano. En la zona iluminada a la cual entra hay una silla en la que está sentado el sicólogo)
Sicólogo: (Tomando notas en una libreta) ¿Por qué estás descalzo? ¿Por qué llevas las zapatillas en la mano?
Nacho: Esque quería cambiar… cambiarme las zapatillas.
Sicólogo ¿Y?
Nacho: No las encontré por ninguna parte. Mi hermano chico me las habrá escondido, seguro.
Sicólogo: Y, claro, tú odias a tu hermano chico.
Nacho: ¡No! Me divierte mucho. Nos llevamos muy bien.
Sicólogo: ¡Pero tú tienes que odiar a alguien!
Nacho: ¿Odiar?… No sé lo que es eso. ¿Por qué?
Sicólogo: Porque eres un «adolescente difícil». Esta es la ficha que me han mandado.
Nacho: Eso dicen
Sicólogo: ¿Y querer? ¿Quieres a alguien?
Nacho: Claro, a mucha gente. Mi familia es estupenda. Tengo amigos (vacilando) y amigas. Creo que a la que más quiero es a la Daniela. Pero no se lo diga.
Sicólogo: No trates de enredarme. Según la Tabla de Meyerhold eres conflictivo en Grado 6, Nivel X del Grupo J.
Nacho: (encantado) ¿Grado 6? Es un buen promedio ¿no?
Sicólogo: Nacho, tienes que darte cuenta que ser joven es una enfermedad muy complicada.
Nacho: Bueno, pero habrá algún antibiótico, ¿verdad?
Sicólogo: No, lo único que se puede hacer es que no contagies al resto. Haz el favor de tenderte.
Nacho: ¿Qué?
Sicólogo: Ponerte en forma horizontal. (Nacho se tiende en el suelo. Mira al sicólogo) ¡No me mires! Mira el techo. Observa las grietas, las moscas y las telas de araña.
Nacho: ¿Por qué no puedo mirarlo?
Sicólogo: Porque así yo puedo, mientras tanto, meterme el dedo en la nariz y hacer morisquetas a tus espaldas.
Nacho: ¿Hace todo eso?
Sicólogo: También rayo las sillas con palabras cochinas.
Nacho: Debería consultar a un sicólogo.
Sicólogo: Soy yo el que da consejos y hace las preguntas. ¿Cuándo empezaste a sentirte infeliz?
Nacho: No me siento infeliz
Sicólogo: ¡Todos los que vienen a consultarme se sienten infelices! Por favor, no me hagas esto. No me digas que eres feliz. ¿Por qué has venido a mi consulta entonces?
Nacho: Todos me dicen que tengo que cambiar
Sicólogo: Si te llevas bien con tus padres, con tus amigos, con todo el mundo, eres un imbécil. No se puede ir por el mundo con esa cara de felicidad.
Nacho: Disculpe, no sabía que tenía que odiarlos. A lo mejor puedo intentarlo.
Sicólogo: Si quieres cambiar, que cambie tu profesor. Tú no cooperas. ¡Y ponte esas zapatillas inmediatamente, antes de que me dé el ataque histérico!
(La luz sobre el sicólogo se extingue. Nacho se pone las zapatillas. En el otro extremo del escenario aparece Disciplinio, el profesor)
Disciplinio: Vamos a presentarnos. Quiero que las cosas entre tú y yo estén muy claras desde el principio. Soy Disciplinio, el especialista en mounstruitos. Según tu ficha biopedagógica tú eres un «adolescente difícil». Te prohibo babear en mi presencia. Debes respetarme. Debes tener en cuenta que debajo de mi trasero hay treinta siglos de sabiduría. (Disciplinio se sienta sobre una gran cantidad de libros gruesos que lleva en las manos) ¿Cómo te llamas?
Nacho: Nacho.
Disciplinio: Siempre que me contestes debes decirme «Señor Disciplinio».
Nacho: Sí, señor Disciplinio.
Disciplinio: Deberá pedirme permiso antes de estornudar o ventosearse.
Nacho: (levantando el dedo) Permiso para…
Disciplinio: ¡Denegado! ¿Sabes lo que es una hipotenusa?
Nacho: No, señor Disciplinio
Disciplinio: Me lo temía. Muéstrame las lineas de la mano.
Nacho: ¿Qué lineas?
Disciplinio: De la mano. (Nacho le muestra la mano abierta). Dios escribe derecho con líneas torcidas. No tienes ningún futuro. Lo único que puedo hacer es que te sientas culpable. Repetirás mil veces: tengo que cambiar, tengo que cambiar…
Nacho: Tengo que…
Disciplinio: Todavía no. No te he dado permiso para hablar. El cambio empieza por el lenguaje. Somos lo que es nuestro lenguaje. En vez de decir «¿Cachai la buena onda súper grossa?», debes decir «Percibes la intercomunicación positiva de la alteralidad?»… ¿Puedes decirme como terminó el enfrentamiento del Imperio Austro-Húngaro?
Nacho: 3 a 1, en el primer tiempo. Empataron en el segundo tiempo.
Disciplinio: Eres un idiota irreversible. Eso alivia mi tarea. Bastará con mantenerte aislado. Ahora coloca en tu sobaco esta enciclopedia y asimila la cultira planetaria por osmosis axilar.
Nacho: (Colocándose el libro bajo el brazo) ¡Ya empiezo a cambiar! ¡No soy un nerd, pero sé que el hipoglosio del jeringolio se fracmatura sin rengocidios!
Disciplinio: No has cambiado del todo. Deberás cortarte el pelo. Pareces una niña.
Nacho: Al contrario, señor Disciplinio: todos los hombres usamos el pelo largo para diferenciarnos de las niñas, que lo usan muy corto
Disciplinio: A propósito de niñas, ¿Cómo te llevas con ellas?
Nacho: ¿Con quienes?
Disciplinio: Con las mujeres
Nacho: Ah, con las minas.
Disciplinio: ¿Cuándo descubriste que ellas son tus enemigas y que te dan terror?
Nacho: ¡No son mis enemigas! Algunas están muy buenas Me gustan. Sólo que no tengo muchas oportunidades de hablar con ellas.
Disciplinio: ¿Por qué?
Nacho: Transmitimos en ondas diferentes. La mayoría son sordas, sobre todo cuando intento hablar con ellas en los bailes.
(Se empieza a escuchar música tecno. Aparecen dos parejas de jóvenes que bailan separados. También hay una muchacha que baila sola. Nacho se pone a bailar frente a ella. Le habla a gritos para que se superponga su voz a la música. Durante todo el monólogo la chica no habla ni una palabra. Solamente le sonríe)
Nacho: ¿Cómo te llamas? ¿Vives cerca? ¿Vas al colegio todavía?… ¿A qué colegio?… Yo tuve un compañero que vivía en Providencia como tú. ¡Que coincidencia extraordinaria!… Mi amigo tenía un hermano. ¿Tu tienes un hermano? Yo no tengo ninguno, pero mi madre sí. Es mi tío. Tú no tienes tío. ¡Qué coincidencia extraordinaria!… ¿Quieres que vayamos a comernos una pizza?… ¿Tú odias las pizzas?… A mi me encantan. ¡Qué coincidencia extraordinaria!… Dicen que las pizzas son afrodisíacas. ¿Sabes qué significa afrodisíaco?… ¿No?… Yo tampoco. ¡Qué coincidencia extraordinaria! ¿Verdad?… Me gustan las niñas silenciosas, pero nunca tanto. ¿Quieres que salgamos de aquí y demos una vuelta en moto?… Bueno, era una forma de hablar, porque yo no tengo moto todavía. ¿Tú tampoco?… ¡Qué coincidencia extraordinaria! ¿No te parece que hemos nacido el uno para el otro?
(La chica que bailaba con Nacho se va, siempre sonriente, siempre muda e indiferente. Nacho se queda solo en medio del escenario. Se le acerca uno de los jóvenes que bailaban. La música ha dejado de oírse)
Tito: ¿Todavía no pinchas con una mina?
Nacho: Vine a pasar el rato.
Tito: Eres un reprimido.
Nacho: ¿Por qué? Me gusta bailar y conversar, a lo mejor eso es «pinchar» para tí.
Tito: Es otra cosa. Bueno lo que pasa es que yo tengo un terrible magnetismo animal.
Nacho: ¿Y qué es eso?
Tito: Siempre te lo tengo que explicar todo. Verás, yo desarmo a las minas, las destruyo, las aniquilo. ¿Ves a esa cabra? (Señala una) Ahora vas a ver.
(Se acerca a una de las muchachas y le habla al oído. Ella le da una bofetada tremenda que lo hace tambalear. Tito vuelve donde está Nacho)
Tito: (Feliz) ¿Viste?
Nacho: ¡Mansa cachetada!
Tito: Te diste cuenta que la tengo trastornada ¿Verdad?
Nacho: (Desconcertado) ¿Cómo?
Tito: Tuvo que defenderse para no atarse conmigo para toda la vida. Se siente esclava de su loca pasión por mí. Decidió romper ahora por su propio bien y el de su hijo.
Nacho: ¿Qué hijo?
Tito: El que habríamos tenido juntos si la cosahubiera continuado.
Nacho: ¡Pero si te dio un combo en la nariz que te dejó sangrando!
Tito: Porque sabía que mi nariz enloquece a las chiquillas. Debe ser celosa.
Nacho: Yo creo que se rió de tí.
Tito: Tú no tienes experiencia. Mi magnetismo no lo puedo controlar. Las destruyo, las esclavizo.
Nacho: Yo tengo un amor inocente que dar.
Tito: Ese amor se da en el parvulario.
Nacho: Tengo un amor sin experiencia que dar.
Tito: Cómprate un manual y experimenta.
Nacho: Esque dicen que antes tengo que cambiar.
Tito: ¿Cambiar? ¿Por qué?
Nacho: Porque soy un «adolescente difícil»
Tito: ¡Búscate una adolescente difícil y ya está!
Nacho: ¿Y dónde se encuentra algo así?
Tito: En el teléfono erótico.
(Se apaga la luz sobre ellos. Una luz cenital sobre un teléfono. Nacho entra a la zona iluminada y marca un número que saca de un recorte)
Nacho: Aló… Sí. Hola, me llamo Nacho… Sí, necesito algo… (Se ríe) Quisiera conocer una adolescente «difícil»… ¿Qué significa «difícil»?… No lo sé, yo tampoco lo sé… Tengo 17 años… No, no tengo tarjeta de crédito ni cuenta corriente… Oiga… Oiga… Colgó. (Marca otro número que mira en un recorte de diario.) Aló… Sí, llamaba porque quiero conocer una niña… No, no, que tenga más de 8 años: el ideal sería de mi edad… ¿Yo?… 17 años y medio… ¿Cómo? ¿Que si puede ir a mi hotel?… No estoy en un hotel. Vivo con mis papás… No, ellos no me van a pagar eso ni nada… Bah, colgó. (Nacho deja el teléfono) Después de todo, una moto es mejor que una mina. Tengo que comprarme una moto. ¿Pero cómo voy a convencer a mi papá?
(El padre entra y se sube en lo alto de una escalera de tijera que ha estado en el escenario todo el tiempo. Nacho va hacia la escalera y le habla a su padre, mirándolo hacia arriba)
Nacho: Papá, tengo que hablar contigo. (El padre no ha oído, Nacho levanta la voz) ¡Papá!
Papá: (Sobresaltado) ¿Por qué gritas en esa forma? Casi me caigo.
Nacho: Quería hablar contigo.
Papá: Y yo también. La cuenta del teléfono se ha ido por las nubes. ¿Qué está pasando?
Nacho: No sé.
Papá: ¿No estarás llamando al extranjero o algún teléfono raro?
Nacho: Yo no. Papá.
Papá: ¿Qué pasa? Estoy ocupado.
Nacho: Pensé que sólo leías el diario.
Papá: Estoy estudiando tu futuro, el mío y el de toda nuestra familia.
Nacho: ¿Ah sí?
Papá: Las acciones de las empresas eléctricas han bajado. No sé qué voy a hacer.
Nacho: ¿Tú tienes acciones de esas compañías?
Papá: No, pero, ¿Y si las tuviera?… Estaría arruinado.
Nacho: Pero no lo estás.
Papá: Nunca se está seguro. Tengo miedo.
Nacho: ¿Miedo de qué, papá?
Papá: Miedo a las tasas de interés, al índice de inflación, al impuesto a la renta, a las amortizaciones, al reavalúo.
Nacho: Papá, ¿por qué no me compras una moto?
Papá: ¡¿Qué?!
Nacho: Una moto. Muchos compañeros la tienen. Me ahorraría las micros. Si quieres me suspendes la mesada.
Papá: ¿Te crees hijo de rico? Estás equivocado medio a medio. Además, si quieres algo debes ganártelo tú mismo. Yo empecé a trabajar a los 12 años y tú tienes 17. A los 13 yo tenía mi libreta de ahorro y a los 15 había comprado mi primera acción. Si quieres algo, trabaja en tus horas libres, pero sin descuidar tu preuniversitario, por supuesto. Hay muchos trabajos para los jóvenes: encuestas, reparto de propaganda, venta domiciliaria… Yo lo haría así. Yo.. Yo… Yo… (Se pone a toser).
(Se apaga la luz sobre él. Una luz en otra parte del escenario. Entra Nacho. Lleva un carrito de supermercado cargado de paquetitos de detergente. Toca un timbre imaginario. Se abre una puerta imaginaria.)
Nacho: Buenos días, señora. Me envía el departamento de marketing de la multinacional Albol para hacerle un obsequio. ¡Se trata del Sobre-Muestra del Superblanqueador Fulminante Albol! Simplemente por recibirlo usted entrará en el sorteo semestral de un viaje de ensueño al Caribe. (Urgido) ¡No, no me cierre la puerta, por favor! Antes, le ruego que me conteste dos o tres preguntitas para el sondeo sociológico espumoso de Albol. Primero: ¿Al usar un detergente corriente, ha notado usted grietas, despellejamiento o llagas en las manos?… Sí, no, no contesta, no sabe. Segundo: ¿Al comprar un detergente cualquiera usted piensa en la marca, en el precio, o piensa en las musarañas?… Sí, no, no contesta, no sabe. Tercero: esta pregunta es terriblemente personal e íntima. ¿Usted es hombre o mujer…? Sí, no, no contesta, no sabe… (Ruido de un fuerte portazo. Nacho retrocede) Con todo este detergente me podré lavar los calcetines y los calzoncillos durante diez años. Creo que ya estoy empezando a cambiar. Ya creo en la rentabilidad, en la publicidad, en la comunicación y en el aburrimiento total.
(Se apaga la luz sobre él. Se escucha un Rap. Entra bailando Tito, el amigo de Nacho. Se desliza a través del escenario. Nacho está subido en lo alto de la escalera de tijera. Tiene una expresión de aburrimiento total.)
Tito: ¿Cuándo te compran un monopatín y te sacas los pañales, Nachito?
Nacho: ¡Déjame tranquilo!
Tito: ¿Y de la moto, qué?
Nacho: Las motos son una cagada
Tito: Estás verde de envidia, amermelado. Te mueres por un cacharrito, pero valen dos melones.
Nacho: Un montón de latas.
Tito: (Como si acelerara una moto) ¡Rong… Rong… Rong!
Nacho: Lo mío es lo intelectual.
Tito: ¿Desde cuándo, Einstein?… Creo que lo tuyo es el bajoneo. Te estás pisando las ojeras.
Nacho: ¡A ver si te rompo el hocico! ¡Esfúmate!
Tito: ¡No te achorís compadre!
Nacho: ¡Yo no estoy ni ahí contigo!
Tito: ¿Qué te pasa?
Nacho: Los compadres me tenían apestao y traté de conseguirme una pega.
Tito: ¿Y?
Nacho: Son para reventaos ¿cachai?
Tito: Hay que arreglarse solito. ¿Sabís qué más?… Los viejos no sueltan el billete ni enfermos. Son más apretaos que un supositorio.
Nacho: Mi papá se corrió
Tito: Lo que te digo. Bueno, te dejo, compadre. Tengo una mina que me está esperando.
Nacho: ¿Para darte otra cachetada?
Tito: Claro, en la nariz, que es donde me gusta.
(Vuelve el Rap. Tito sale bailando del escenario. Sigue la música Rap después que sale Tito. Nacho se queda un momento pensativo, pero luego se deja contagiar, poco a poco, con la música y empieza a moverse y a bailar hasta que termina la música)
Nacho: ¡Por qué justo a mí me tocó ser yo!… ¡Ahora lo sé! ¡Porque soy irrepetible! ¡Porque estoy vivo!
(Se escucha el ruido de una moto, aparece en el escenario una tremenda moto de gran cilindrada. Montando en ella va el padre de Nacho. Lleva puesta una chaqueta de cuero con remaches. Usa aros en las orejas. Nacho baja de la escalera)
Nacho: (Asombrado) ¡Papá! ¿Estás bien?… ¿Te pasa algo?…
Papá: (Riendo) Me pasa de todo. ¡Anda, sube, que vamos a correr la moto! Está en rodaje.
Nacho: ¡Es fantástica!
Papá: ¿Sabes una cosa?… Me di cuenta de que tú eres un «adolescente difícil» y yo soy un «papá difícil». Así que, con dos difíciles en la familia la cosa va a andar mucho mejor. (Nacho se sube a la parte de atrás de la moto) ¡Agárrate que vamos a correr!
Nacho: (Encantado) ¡Estoy listo, papá!
(La moto se pone en marcha mientras se empieza a escuchar de nuevo el Rap. Dan una vuelta por el escenario y salen. El Rap se escucha hasta que las luces se extinguen.)
esta incompleto, es super dificil de encontrar el cuento. Hay un blog que lo tiene pero es de acceso restringido :S en fin, voy a seguir buscando mas adelante
donde puedo encontrar esta obra?? la necesito porfaaa!!!
Mi consejo es que te pares y te dirijas a la biblioteca más cercana a preguntar por libros de Jorge Díaz, porque he revuelto todo internet buscando esta obra y no está. El único blog donde sospecho que está completa es de acceso restringido, creo que se llama «prohibidofumarr», búscalo en Google.
puxa necesitop el libro completo!
en internet busque lo que pude y esto fue lo que encontre.. habra que recurrir a un libro con hojas no virtuales
yo estoy haciendo esa obra O.o jejejeje
puedes decirme dónde localizar la obra completa, lo necesito para un trabajo
Carlos, yo encontré sólo lo que está aquí. El resto, si es que no han agregado nada nuevo desde que lo busqué, lo encuentras sólo en libros.
nOOOOOO Lo necesitoooooo u_u
Pucha, te prometo que ayer justo me acordé y lo busqué denuevo y otra vez, no encontré más que esto.
¡Encontré el cuento entero en un viejo libro! Lo pasé a mano, así que denme las gracias por lo menos quienes lo copien.
me lo das!!!
Hola Manu, tienes aún la copia de ésta obra completa? por favor me serviría mucho no la encuentro en ninguna parte 😦
Constanza, lo lamento pero tampoco sé dóndeconseguirla 😦
Gracias, Manu, soy Marta y estoy eternamente agradecida.
Que bueno que te sirviera 🙂
adonde estA!!
Donde puedo encontrar la versión comestible de la obra?
Claudio, creo que en los Mcdonals la venden!
adonde puedo encontrar la obra completaa!
Hasta donde yo sé, esta es la obra completa y la pasé yo a mano porque en ninguna otra página de internet estaba. Asíque, por ahora, esta es la obra más completa que vas a encontrar en la web.
hola me podrías compartir la obra completa? gracias por pasarla a mano….
esta es la obra completa porque yo tengo el libro y es lo mismo!!
pia fuentes?=??== dafdafdadf
ola pia ola gaelita XD
Buenisima obra!
Sí! El tema es buenísimo
ola!!!!!!!!! xD ESTA ENTERA LA OBRA
oliiii pia leli y yesley!
chaa yo tengoo una prueba d este texto
muchas gracias es una obre muy buena espero y nos salga bien
¿por que la obra se llama intrucciones para la piel?
Instrucciones para cambiar de piel*
Hola, si mi comprensión lectora no falla según los posteos de Manu la obra está completa , ya que él la pasó a mano, o me equivoco???
La escribí a mano, a partir de un documento que tenía, no del libro original. No sabría decirte si está completa.
Cual es el conflicto de la obrar ?
Yo tengo que leerla y a ser una prueba pensaba que era u libro pero es una obra muchas gracias
necesito una noticia de este texto alguien me la puede dar
Gracias por el texto….me servirá para mi clase con los alumnos de octavo.